Ay, este consejo de mi madre me produce nostalgia. Básicamente, era un consejo muy, muy práctico porque si ella venía... Os podéis imaginar.
Cuando lo utilizaba:
Constantemente:
Si oía que mi hermana y yo peleábamos.
Si oía bullicio.
Si no nos oía.
Si nos había mandado a por algo y no volvíamos.
Y sobre todo, si nos llamaba a comer. Después de 10 gritos de se oía eso de: "Como tenga que ir yo..." Mira, era oirlo y era como si un resorte nos pusiera de pie, en guardia, todos los sentidos al tanto, y a obedecer. Vamos, lo que viene siendo puro miedo.
Consecuencias del consejo:
Nada graves. Cierta nostalgia de que ya no viene con tanta frecuencia. Aunque a veces viene incluso con 31 años.
Excepciones para utilizarlo:
Cuando me de la gana. Me gusta este consejo. Es más, estoy deseando tener hijos para decirlo porque como yo vaya...
Variante del consejo:
No era una frase, era la zapatilla con efecto. Estabas tan tranquila, peleando con tu hermana, un par de tortas, un pellizco, un porquito de preshing cacth, lo típico,... Y sin saber cómo ni de dónde, aparecía la zapatilla voladora, con esa suela de goma que picaba cosa mala. Afortunados aquellos que su madre era alta y no utilizaba cuña en las zapatillas de andar por casa, porque aquello era terrible. Incluso si conseguías escapar por el pasillo, y te creías a salvo (infeliz), la zapatilla giraba contigo. Sólo las madres saben lanzar zapatillas con efecto.